domingo, 20 de julio de 2014

Mi bro!

Tú, negro como el tizón y yo, más blanca que la leche.

Tú, trabajando desde jovencito y yo viviendo la vida loca hasta los 25.

Tú con tu, abundante, mata de pelo azabache y yo con mi coletita de rata castaña.

Tú, padre de dos niños y yo, a este paso, sin descendencia porque no valgo ni pa mí.

Tú, en los momentos no tan buenos, adaptándote a todo lo que viene y yo cabreada con el mundo entero.

Y es que, hoy, sólo podía hablar de tí.

Porque, de nuevo, sólo el que tiene hermanos ( como el que tiene un iPhone o al que le gusta comer de verdad) puede saber de lo que hablo.

Porque, aunque mi recuerdo no llega a alcanzar, viendo las fotos o los vídeos súper 8, se que desde que nací has velado por mí.

Por mí, por tu hermana pequeña. A esa a la que las cosas no le han salido como imaginaba pero que agradece de todo corazón , tener a su hermano siempre al lado con la mano tendida para agarrarse a ella y, levantarse de nuevo.

Porque, el viernes, camino a la playa, volvimos a cantar juntos ( canciones de los 80) como cuando estábamos en ' casapadres'  con un rotulador cada uno ( a modo de micrófono) berreando como sí no hubiera un mañana.

Ponerme igual de nerviosa viendo como has cogido algas y te las puesto por encima de la cabeza, este fin de semana, y sentir el mismo asco que hace 25 años!

Por todas las risas y por saber hacer el tonto en la misma medida que yo.

Porque eres mi hermano y yo te voy a querer toda la vida.

Porque, sólo en los malísimos momentos, sabes de verdad a quien tienes al lado  y, desde luego, tú, no me has fallado nunca y, a mí, la vida entera se me hace corta para agradecértelo.

Gracias bro por ser tú!


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