viernes, 5 de diciembre de 2014

No basta con ser buena persona

No basta, no.

Creo que ésto nos ronda a todos por la cabeza en algún momento de nuestra vida pero, para que las historias salgan bien, no basta con ser buena persona, no.

"¿ Por qué me tiene que pasar ésto a mí? si soy buena persona". Pues te pasa. Convencida estoy de la existencia de una puta ley matemática, en este mundo al revés en el que vivimos, que deja más que evidente que cuanto más buena persona eres, peor te trata.

Como en todo, no se puede generalizar, pero si hago un balance de todas las historias que llegan hasta mí, las más jodidas y dramáticas, han sido protagonizadas por seres humanos maravillosos.

¿Qué pasa, entonces? ¿ hay que ser un hijo puta para que la historia cambie? no entiendo nada de verdad que no. Supongo que para eso hay que valer y yo, personalmente, no valgo.

Lo jodido de todo viene cuando la vida no te deja opción ni a decidir querer o no, ser mala persona. Se encarga ella en ofrecerte lo peor por muy bueno que seas.

No soy creyente pero me interesa conocer la opinión de las personas que sí lo hacen. Y en momentos así, mucho más.

Respeto todas las opciones y posturas pero me cuesta tanto entender que, para situaciones tan duras, encuentren una explicación/justificación que me dan ganas de meterme en la primera iglesia que encuentre de camino a casa.

Y sigo pensando, aún con todo lo que he vivido y me va a tocar vivir, que las buenas personas son las que primero nos dejan, las buenas personas son las que te marcan para toda la vida, las buenas personas son las más auténticas y, si tengo que elegir, prefiero seguir viviendo como lo hago.

La primera vez que me engañes, la culpa será tuya, la segunda, será mía.

Feliz fin de semana!




3 comentarios:

  1. Mi madre suele decirme frecuentemente que la vida devuelve todas las buenas acciones que hacemos. Y yo, personalmente, te juro que no las hago para que nadie me devuelva nada porque entonces no serían buenas acciones, sino obligadas intenciones, que es distinto.

    Sí que soy creyente, y lo digo bien alto. Creo en Dios, que no en la iglesia, que para mí son dos cosas distintas. No sé si en Dios, en el karma o en alguna energía, pero creo en algo que hizo que al pedirle que me dejara estar con mi abuelo al morir me lo cumplió. Pero no por ello dejo de cuestionarme las cosas malas que pasan. Y pienso en que otras podría tener más suerte. Claro que sí, pero como seres humanos siempre necesitamos buscar una explicación a las cosas.

    Cuando nos pase algo necesitaremos echar culpas, y buscar culpables. Eso es inherente a nosotros como seres humanos. Y no es que solucionemos nada, solamente necesitamos una causa. Hablé largo y tendido sobre esto en la carrera y nos da para seis o siete entradas. Me has dado incluso una idea para la mía próxima.

    Sea como sea, sigue siendo buena persona. Para ser malo siempre hay tiempo. Y al menos te sentirás bien contigo mismo.
    Un besín guapa!

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  2. Hay gente que confunde bondad con estupidez, se suele aprovechar de personas que dan lo mejor de sí y, ya sea porque desaparecen o porque dicen basta, no suele echar de menos sino que busca otra persona de la que aprovecharse. Supongo que el truco está en alejarse de esas personas que en cierto modo te vampirizan, no en cambiar tu forma de ser, aunque hay ámbitos en los que resulta difícil alejarlas. Al final te das cuenta que siempre sigues cayendo, de otro modo tendrías que aislarte, pero te vuelves a levantar. Como somos energía, atraemos bueno y malo, pero siempre hay bueno, eso seguro.

    Un saludo!!!!!!

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  3. Jeremías se queja ante Dios
    12 SEÑOR, tú eres justo
    aunque yo discuta contigo.
    Sin embargo, te voy a exponer argumentos.
    ¿Por qué a los malos les va tan bien?
    ¿Por qué todos los traidores se salen con la suya?
    2 Tú los plantaste y echaron raíces,
    crecieron y hasta dieron fruto.
    Te mencionan frecuentemente,
    pero en su interior no te tienen cerca.
    3 Pero tú me conoces, SEÑOR, me has visto
    y sabes muy bien lo que siento por ti.
    Arrástralos como ovejas al matadero
    y señálalos para el día de la matanza.
    4 ¿Hasta cuándo va a estar seca la tierra
    y marchita la hierba de todos los campos?
    Por la maldad de quienes habitan el país,
    los animales y las aves han desaparecido.
    Se atreven a decir:
    «Dios no verá nuestro futuro».

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